Cuando el positivismo entró en crisis, la promesa que le hicieron al hombre moderno acerca de que el trabajo y la democracia lo dignificarían y mejorarían su calidad de vida no se cumplió, y –alertados por filósofos de la cultura y sabios pensadores- asistimos a una moderna forma de esclavitud en la que los dueños de las fábricas (burgueses que reemplazan a los antiguos nobles del feudalismo) serán cada vez más ricos, mientras que sus obreros están cada vez más consumidos por el trabajo –como si fuesen hombres máquina denunciará Marx-. Este viejo panorama aún enfrenta la sociedad a fines de 1960.

Fue importantísimo el llamado de atención que hizo el movimiento hippie en Estados Unidos, con la cooperación de jóvenes que forjarán una nueva cultura y adhieren a la idea de paz e igualdad entre los hombres. The Beatles, The Rolling Stones y otras bandas similares contribuyeron desde Europa a cambiar las ideas estructuradas de muchas personas. Y los partidarios del holismo encuentran cuantiosos adeptos para plantear su hipótesis.

En la creciente ciencia psicológica comienzan a suscitarse interrogantes cada vez que se engendra una experiencia nueva, que no puede abordarse con los estándares tradicionales. La necesidad de hallar respuestas –en un medio cultural completamente nuevo y decidido a instalarse- facilita el surgimiento de una nueva corriente, más amplia, menos reduccionista, que da lugar al análisis científico y la comprensión de las experiencias de conciencia amplificada que hasta entonces eran consideradas una patología. Asistimos al parto de la cuarta fuerza de esta disciplina, la teoría transpersonal.

En síntesis, la Psicología Transpersonal trabaja con y por lo mejor del hombre y en el Instituto Badaracco, desde el año 2005, estamos comprometidos con estos ideales.